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My Life From a Different Perspective
Durante el curso de mi vida, he vivido en la bella ciudad de la fresa. Watsonville, California es lo que yo conozco ser mi casa. Yo nací en esta ciudad el 28 de junio del 2007. Hasta el día de hoy, nuestra familia ha estado muy unida y espero que ese sea el caso por el resto de nuestras vidas. Mi familia viene de México y de Guatemala y estoy orgulloso de poder decir eso.
Mi familia consiste de mis padres y mis hermanos, Canek y Citlalli. Somos mexicanos y guatemaltecos que llevamos la sangre de los mayas corriendo dentro de nuestras venas viviendo en un país lleno de racismo. Mi padre llegó de México cuando tenía sólo quince años de edad. He aprendido mucho de los sacrificios de mis padres siendo inmigrantes en búsqueda por una mejor vida. A primera vista, el curso que mi vida ha tomado es sumamente relajado, pero no es hasta que uno va reflexionando y nota que no todo lo que brilla es oro.
Manteniendo la humildad es lo más importante que me han enseñado mis padres. Ambos han luchado por lo que tienen hoy en día y han sido grandes ejemplos de cómo se debe trabajar por lo que uno tiene. Creciendo en la clase media viene con desafíos muy diferentes a los de la clase baja. Estos desafíos no todo el tiempo son económicos, sino que tienen que ver con la moralidad. Cuando uno no es expuesto a las dificultades de otras personas, no llegan a apreciar lo que tienen en el momento. Durante mi infancia, mis padres siempre me dejaban saber que todo lo que yo tengo no es mío, sino que me lo prestan y yo mismo tengo que trabajar por lo que yo quiero. Trabajando por lo que queremos es lo mejor que mis padres nos han enseñado porque llegamos a apreciar las cosas mucho más. Este método nos ayuda a dar una pequeña idea de lo que es la vida real y nos lo iban enseñando desde el minuto que pudimos hablar y comprender.
Mi abuela materna ha mantenido su propio negocio por varias décadas y pasé mucho tiempo en su frutería durante mi infancia. Desde que mi abuela vivía en Guatemala ha trabajado y no ha cambiado para nada y no piensa cambiarlo. Ella nos quiso enseñar el mismo valor que su padre le enseñó a ella, trabajar duro. A los cuatro años yo le ayudaba a organizar los dulces y otras botanas que tiene en la tienda. Fui empezando con lo fácil hasta que estuve lo suficientemente grande y alto para poder agregar y poder ver bien la caja. Toda mi vida la he pasado ayudando a mi abuela atendiendo su tienda. Muchos lo ven como trabajo, pero para nuestra familia el ayudar a mantener la tienda es un pasatiempo y una forma de pasar tiempo con la familia.
La familia y la fe han sido las dos cosas con más importancia que nos han enseñado. De pequeños me enseñaron a confiar en Dios y agradecerle por todas las cosas que me ha dado aunque en el momento las mire como malas. La fe religiosa ha sido algo complejo para mi en mi vida. Yo no me considero una persona religiosa porque no hago todas las cosas que generalmente una persona religiosa hace. Por ejemplo, no voy a misa cada semana y no rezo todos los rezos que nos han enseñado en la religión católica. Para mi lo más importante es agradecer a Dios por todo y tratar de mejorar como persona cada día. Esto es porque no estoy de acuerdo con todo lo que se hace en la religión católica. Por ejemplo, cuando yo fui a confesarme al hacer mi primera comunión a los once años de edad. Esa fue la primera vez que me confesé y no lo he hecho desde ese entonces porque para mi Dios es quien me perdona y eso es solamente entre Él y yo. No creo que el padre debe de decir si estoy perdonado o no porque él ni tiene idea de quien soy como persona.
El deporte es algo que es muy notable en mi vida y familia. El fútbol nos ha fascinado toda la vida. Todo empezó con mi padre. El sueño de él era ser jugador profesional de fútbol. Hoy yo comparto el mismo sueño que un día tuvo mi padre. He jugado al fútbol desde los tres años, pero no ha sido el único deporte que he practicado. He intentado varios deportes como el béisbol, baloncesto, natación y fútbol americano, pero ninguno de estos deportes se me hizo tan fascinante y elegante como el fútbol. El fútbol me ha enseñado uno de los valores más importantes para tener éxito en la vida, la disciplina y el liderazgo. He tomado el fútbol muy a pecho toda la vida y tengo la meta de llegar a poner a Watsonville, California en el mapa. En el área no han habido muchas personas que han llegado lejos en el fútbol, y los que han llegado lo más lejos no son conocidos fuera del área. Esta determinación que tengo ha sido reconocida por varias personas y entrenadores. En todos los años de jugar competitivamente, he sido capitán de cada equipo con la excepción de mi primer año jugando por el primer equipo de la preparatoria Watsonville.
Estos valores que he aprendido a través del deporte los he aplicado en otras partes de mi vida, por ejemplo, en la escuela y con amistades. La disciplina en la escuela es lo que me ha ayudado a sacar las notas que he querido. No ha sido fácil y nunca me ha gustado la escuela, pero me esfuerzo para poder hacer lo mejor que yo pueda. Si la educación no tendría tanto valor en la sociedad, no creo que siguiera asistiendo después de recibirme de la preparatoria. El liderazgo es algo que naturalmente he desempeñado en diversas ocasiones. Por ejemplo, entre mis amistades, he sido uno de los que mantiene el grupo en calma y desanima participar en muchas de las locuras que se les ocurre a los jóvenes.
El deporte para mi es algo que me sigue motivando a ser mejor persona dentro y fuera de la cancha. Igual es gran parte de la identidad cultural Latinoamericana y fortalece la conexión entre mis dos mundos.
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